Hace unos días una colega y yo estuvimos reflexionando
acerca de qué cosas son necesarias para que el género de la escritura romántica
y sus autores autopublicados sigan creciendo en respeto dentro del gremio
literario.
Luego de un
rato nadando en las aguas profundas a las que inevitablemente nos lanza este
tema, llegamos a una conclusión. El siguiente escenario es en el que la mayoría
de nosotros nos hemos encontrado en algún momento de nuestras vidas literarias:
Tienes una historia
que acabas de terminar. Has dedicado días y noches a su creación. El tiempo que
robaste a tus seres queridos duele, pero el éxtasis en que te encuentras
sumergido por tan importante logro (tu primer manuscrito) es suficiente para borrarte
las culpas y correr en desespero a publicar tu creación. Pero lo quieres hacer
¡ya! ¡Ahora! ¿Por qué esperar un segundo
más? Ya esperaste lo suficiente mientras lo escribías.
A nuestro
juicio, ahí es donde se comete la primera imprudencia por no decir novatada. Las
lectoras de romántica, somos devoradoras del género (sí, nos incluimos, porque
ante todo somos lectoras). No existen suficientes historias de amor en el mundo
para nosotras. Al terminar un libro ya estamos gritando “¡Qué venga el otro!” Sin embargo, como autores, tenemos una
responsabilidad con las personas que dedican su tiempo a nuestros escritos. Hay
una frase anglosajona que lo dice todo “Do
it right the first time. You do not always get a second chance" En español
sería algo así como “Hazlo bien la primera vez. No siempre tendrás una segunda oportunidad”.
Debemos respirar profundo y saber que nuestra historia debe pasar unos filtros
antes de llegar a las manos de quien la leerá.
Primero que
todo, una buena corrección; si no tienes los medios para hacerlo, hay
suficientes personas que de muy buen grado te darán una mano con lo que
escribas. Recuerda como un mantra: las reglas de ortografía, de estilo y el buen
uso de los tiempos verbales se hicieron para usarlas. Si tu conocimiento en
estos elementos críticos de la escritura es pobre, edúcate. Existen un
sinnúmero de recursos gratuitos en la red que pueden servirte de apoyo. Llego a
este tema, porque me he tomado el tiempo de leer los primeros capítulos de
algunos títulos de la principal plataforma digital y los errores son más que
evidentes ¿Qué produce eso? Que la gente le pierda el respeto a la novela
romántica, que seamos criticados y vilipendiados como escritores por otros colegas de diferentes géneros que
sí se ciñen al protocolo. Aún más importante, por el respeto que le debemos a
nuestros lectores. Al publicar una novela, estamos en la mira de todos, del que
nos lee y del que no. Querámoslo o no, estamos llevando una enseñanza, unos
pensamientos y una forma de vida al público lector. Recordemos que; no
siempre tenemos una segunda oportunidad para impresionar y enamorar a nuestros
lectores.